Curación para tu piercing:

Limpieza: Una vez al día, limpiar suavemente (sin mover la pieza) con jabón neutro, aclarar con abundante agua y secar posteriormente.

Curación: 2/3 veces al día con suero fisiológico o cristalmina (si se ha usado posteriormente), aplicando el producto con un isopo (bastoncillo) y secando la zona posteriormente.

Evitar contaminación: No tocar ni mover bajo ningún concepto, no jugar con el piercing para evitar: deformación, dilatación del agujero, infecciones, queloides, rechazo, etc.

Cambio de joyería: No cambies la pieza medicinal hasta que el piercing esté completamente curado. Consulta con tu anillador antes de cambiarla para asegurarte de realizarlo en el momento adecuado.

Atención a signos de infección: La inflamación excesiva después de los primeros días, pus, dolor intenso o fiebre son indicios de infección, consulta con tu anillador o con tu médico de cabecera inmediatamente para realizar el tratamiento adecuado.

Recuerda que cada persona puede tener tiempos de curación diferentes, pero siguiendo estos cuidados y teniendo paciencia, es más probable que tu piercing en la lengua se cure de manera adecuada. Siempre es importante seguir las indicaciones de un anillador profesional y consultar a un médico o un especialista si tienes alguna complicación durante el proceso de cicatrización.